Recientemente hemos asistido a una macabra hipocresía de la sociedad actual: usar tabúes para enmascarar una realidad acuciante y palpable, a saber, que existen personas malvadas y abyectas con capacidad de infringir daño a su prójimo.
No, » el hombre no es bueno por naturaleza» contrariando la tesis de Rousseau, el hombre es capaz de albergar ruindad y puede cometer asesinatos y crímenes atroces con aquellos con los que convive. Parece que nos cuesta admitir que hay tanto personas que se dedican a realizar el bien como otras disfrutan haciendo el mal. Y no es requisito indispensable «ser tocado» por el ángel caído Azazel en la película Fallen (G.Hoblit, 1998)…No, no es necesario.
Sin embargo, si cometes actos violentos, si ejecutas descuartizamiento o si terminas con la vida de alguien puede ser que padezcas un trastorno mental que debido a un supuesto desequilibrio químico o a una disfunción cerebral en algún lóbulo justifique médicamente tal aberración.En consecuencia aprendemos a asociar violencia, agresividad y daño al prójimo con trastorno o «enfermedad mental» de carácter biologicista-orgánico; pretendiendo demostrarlo como no, con ciertas pruebas de neuroimagen. Tal como la abogada Bárbara Royo (letrada de Patrick Nogueira) quiere defender el caso Asesinato de Pioz, alegando que el susodicho «sufre un daño cerebral que
determina su conducta». Comenta que tiene «los lóbulos temporales como un queso gruyer, absolutamente deteriorados» y esto «provoca que actúe de forma incontrolada, similar a cuando un esquizofrénico tiene un brote».
Semejante desfachatez e ignorancia conduce a denigrar y maltratar a un colectivo de personas que padecen «esquizofrenia», que sufren brotes psicóticos y que son tachados de no poder controlarse a sí mismos. Esta insensatez aúna «enfermedad mental» con agresividad, violencia y capacidad para cometer homicidios. No conozco ningún estudio que demuestre tal argumento.
¿Qué sucede en esta sociedad hedonista, de consumo, de los likes, de las imágenes felices, impregnada de positivismo, del be flow y del compromiso light? ¿Qué reinan más? ¿los friends de facebook o las capturas sonrientes de instagram? ¿Se nos ha olvidado de dónde venimos?
Parafraseando a Darwin: podremos querer aparentar «nobles cualidades» pero «llevamos grabados el estigma indeleble de nuestro bajo origen». Y aquí está la parte oscura del alma: la envidia, el engaño, la mezquindad y el poder de comisión de los actos más viles y abyectos.
Y somos capaces de hacerlo. Y no hay que justificar la maldad humana con trastornos mentales, uso de PET-TAC y/o desequilibrio de neurotransmisores.Simplemente hay que admitir que la protervia también está en nosotros.