A pesar de que la OMS (Organización Mundial/Mafiosa de la Salud) ha recomendado – que no obligado- el uso de los barbijos, los gobiernos de las naciones han promulgado decretos y protocolos para instaurar coercitivamente su uso. Es más, la propia OMS admite que el uso de la mascarilla mientras se realiza actividad física se ha de evitar porque REDUCE LA CAPACIDAD RESPIRATORIA (https://www.who.int/es/news-room/questions-and-answers/item/coronavirus-disease-covid-19-masks):
«Aun cuando esté en una zona de transmisión de COVID , no debe usar mascarilla mientras realiza una actividad física intensa debido al riesgo de reducir la capacidad respiratoria«. Pero analicemos qué significa ACTIVIDAD FÍSICA INTENSA:
- Aquel ejercicio que implique más de 6 MET (equivalentes metabólicos necesarios para realizar la actividad), que a su vez depende de las kcal que quemes por el peso que tengas y por tiempo ejecutado.
- Requiere gran cantidad de esfuerzo.
- Provoca una respiración rápida.
- Aumenta la frecuencia cardíaca.
Consecuentemente, dependiendo del peso, tiempo de actividad y del metabolismo basal que tengamos, la edad, enfermedades previas o concomitantes, fármacos que tomemos, nivel de hidratación, ingesta calórica y alimentación, estado de condición física, si fumamos o bebemos, clima, nivel de contaminación, higiene del sueño y un sinfín más de factores que forman parte de nuestra idiosincrasia o del entorno y condiciones en qué vivimos… van a condicionar cualquier actividad o ejercicio físico «intenso» que hagamos. Y es que el mismo concepto de «intenso» es relativo como acabamos de comprobar. Lo que para unos puede ser intenso, para otros puede ser moderado o leve. Y además, ¿a qué se refiere con ejercicio físico «intenso»? Un anciano puede estar andando y por sus condiciones nosológicas particulares, la marcha podría devenir en una actividad física intensa. O un joven con una deficiente condición física le puede sobrevenir una taquicardia al subir cuatro pisos sin ascensor. Las casuísticas pueden ser inmensas. De ahí que los términos definitorios para el susodicho «ejercicio físico intenso» sean más que arbitrarios. Una razón más para rebelarnos contra estas medidas ilegales y despojadas de toda fundamentación científica. Ya lo decía Gandhi: Cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer.
Además existen medicamentos que reducen la capacidad respiratoria y aumentan la frecuencia cardíaca, provocando además taquipnea. Por ejemplo:
- Fármacos que provocan sedación como los ansiolíticos e hipnóticos desarrollan depresión respiratoria. Aquí se incluirían las benzodiacepinas (diazepam, alprazolam, lorazepam).
- Medicamentos antipsicóticos como el aripiprazol, la olanzapina, la risperidona o la quetiapina provocan ansiedad, taquicardia, problemas para dormir además de conllevar efectos anticolinérgicos (afectan al sistema gastrointestinal) y discinesia (movimientos involuntarios).
- Fármacos antidepresivos ampliamente recetados como los ISRS (escitalopram, sertralina, fluoxetina, citalopram, paroxetina) pueden causar problemas respiratorios y alteraciones rinofaríngeas.
Si también añadimos a las personas que están polimedicadas la cuestión se complica ya que las interacciones farmacológicas resultantes agravan la sintomatología cardíaca y respiratoria.
Finalmente habremos de quitarnos todos las famosas mascarillas ya que de una forma o de otra todos podemos cumplir los requisitos de «actividad física intensa» y con riesgo verdadero de «reducción de la capacidad respiratoria» porque según la OMS estamos en una «zona de transmisión COVID» ¿O no?. ¿No se declaró una epidemia, después una pandemia y ahora una endemia? ¿A qué estamos jugando?
Parafraseando a Chomsky con su exitoso libro Como nos venden la moto: información, poder y concentración.
Por favor ¡que no nos vendan la moto!